Vistas espectaculares
Atención excepcional
Comida casera deliciosa, especialmente la ensalada de tomates de su propia huerta.

El wifi fue inestable.

La habitación era amplia y limpia. las vistas eran espectaculares. disfrutamos de la comida casera hecha con ingredientes frescos de su huerta. la atención de la familia fue excepcional.

Casi perfecto.

Este lugar es un verdadero refugio para los amantes de la naturaleza y del karaoke. Desde que llegué, la familia que lo gestiona me hizo sentir como en casa. Las habitaciones son muy cómodas y ofrecen vistas espectaculares. Lo mejor fue el desayuno contundente y la cena con productos frescos, muchos provenientes de su propia huerta. Además, me encantó la atención personal que te ofrecen con mapas y rutas de senderismo adaptadas a todos los niveles. tienen un pequeño espacio de karaoke que hizo mis noches más divertidas.

A veces el wifi en la habitación no era muy rápido, pero no fue un gran inconveniente.

Un refugio en la montaña

Desde el primer momento, me sentí acogido en La Posada de Cucayo. Las vistas desde mi habitación eran impresionantes, y la comida, preparada con ingredientes frescos de la huerta, fue un placer para el paladar. Cada día comenzaba con un desayuno abundante que me llenaba de energía para explorar. La atención del personal, siempre sonriente y dispuesto, ha hecho que mi estancia fuera memorable.

El único inconveniente fue que el wifi a veces era un poco lento, pero esto no afectó mucho a mi experiencia general. Estar rodeado de naturaleza me hizo olvidar rápidamente cualquier pequeño contratiempo.

Es un hotel acogedor con un jardín encantador y un enfoque en la cocina local, ideal para desconectar y disfrutar del aire puro de la montaña.

edificio bien cuidado, vistas impresionantes, decoración antigua

El wifi tuvo sus fallos, la segunda cama de la habitación fue innecesaria por nuestra situación y un poco costosa la tarifa extra. Un poco más de variedad en la cena sería genial!!!

Vistas espectaculares desde la habitación.

Era un buen lugar para una escapada de fin de semana en Dobres con una buena calidad teniendo en cuenta el precio. La comida casera y natural fue un gran punto a favor, especialmente la miel que utilizaban en el desayuno. No olvides dar un paseo por los alrededores y disfrutar de las vistas.

La estancia fue increíble, disfrutamos de unas arrugadas con mojo que estaban riquísimas y la habitación era cómoda con una vista espectacular de las montañas. Me encantaron los rincones para relajarse en la terraza y el jardín, ideales para desconectar. Solo un pequeño detalle, el wifi no siempre funcionó a la perfección, pero no fue un gran problema, ¡definitivamente regresaré! 🌄

Las vistas son espectaculares y el entorno natural es impresionante. La atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar y recomendando rutas de senderismo. La comida también destaca, especialmente los platos hechos con productos de su propia huerta, como la ensalada de tomates.

Algunas raciones eran un poco escasas en la cena.

Las vistas de la habitación son impresionantes, rodeadas de un entorno natural increíble. La atención del personal es excepcional, siempre dispuestos a ayudar. El desayuno es sencillo pero de buena calidad. La cena fue una grata sorpresa, con un menú variado y delicioso, destacando el pescado fresco local.

Un refugio perfecto para reconectar con la naturaleza

Disfrutamos de los huevos fritos recién recogidos de las gallinas del lugar, ¡un auténtico placer! Marisa nos recomendó rutas de senderismo que nos dejaron sin aliento. Si quieres desconectar, este es el sitio ideal. No olvides explorar los alrededores hermosos.

la amabilidad de la familia que regenta la posada te hará sentir como en casa

Hemos vuelto después de dos años y la Posada de Cucayo sigue tan encantadora como siempre. Las vistas son espectaculares y el aire es increíblemente puro. Nos hemos alojado en una habitación con baño adaptado, muy cómoda y limpia. La comida es casera y deliciosa, especialmente la ensalada de tomates de su propia huerta. Nos han tratado con tanto cariño que estoy agradecida. Este lugar es ideal para quienes buscan relajarse y disfrutar de la naturaleza auténtica.

La Posada de Cucayo es como un abrazo cálido en una fría mañana de invierno. Las habitaciones son cómodas y ofrecen vistas que dejarían a cualquier artista boquiabierto. El desayuno fue un festín con productos frescos de su propia granja. cada bocado era como una explosión de sabor mientras el café caliente me animaba a explorar los hermosos alrededores.

Wifi inestable